domingo, 12 de diciembre de 2010

El regreso de un maestro

Ahora, después de un silencio prolongado, y ahora que este año 2010 se acaba, parece un buen momento para retomar este humilde blog para hacer un repaso de lo que estos 365 días han dejado caer en nuestras pantallas. No ha sido quizá el año más prolífico para el cine, es cierto, pero sin embargo lo recordaremos por el lanzamiento de unas cuantas películas que quizá se vayan ganando a empujoncitos, unas con mucha más facilidad que otras, su sitio en la historia. Sin ningún orden partícular, vamos a analizar algunos de los exitos del 2010.

Poco después de la última ceremonia de los Óscar, uno de los grandes volvía a las carteleras: nada menos que Martin Scorsese adaptando la novela de Dennis Lehane, Shutter Island. Bajo este título, el legendario director de obras maestras como Mean Streets, Taxi Driver o Gangs of New York nos presentaba este apasionante thriller ambientado en un oscuro hospital psiquiátrico situado en una pequeña isla. Con un elaborado argumento y guión que a algunos aficionados a la lectura patria podría recordar a la obra Los renglones torcidos de Dios, de Torcuato Luca de Tena, el film nos mete en la piel de Teddy Daniels, un agente del gobierno brillantemente interpretado por un maduro Leo DiCaprio (más que probable aspirante por partida doble a los próximos premios de la Academia), encargado de investigar unos extraños sucesos ocurridos en el centro emplazado en Shutter Island. El reparto lo completa un siempre genial Ben Kingsley como director del centro, Mark Ruffalo como compañero del agente Daniels y Michelle Williams como la fallecida esposa del protagonista.

La cinta, como no podía ser de otra manera, pasa de la presentación de los personajes y los hechos al nudo central con una cadencia perfecta, jugando con nuestra razón y entendimiento hasta su sorprendente y brutal punto final. El Sr. Scorsese nos deja pinceladas de su maestría en planos alucinantes como la llegada a la isla, sus paisajes y los exteriores e interiores del centro, o en juegos de colores magistrales como los de los delirios oníricos de Leo. Todo esto acompañado de una banda sonora escogida con muy buen gusto por el productor Robbie Robertson y formada en su mayor parte por música clásica moderna, incluyendo obras de John Cage o Ingram Marshall, que contribuyen tanto a la tensión cuando recorremos los oscuros pasillos de los pabellones del hospital como a cuando nos emocionamos, asustamos y lloramos con los recuerdos y ensoñaciones de Teddy.

Mención especial requiere la genial interpretación de DiCaprio. Mucho ha llovido ya desde que aquel joven guaperas e inexperto se ahogara en el Titanic o se enamorara de Julieta en aquel bello experimento de Baz Luhrmann. Este hombre ha ido demostrando año tras año que tiene talento más que suficiente para no levantarse del asiento que se ha ganado a pulso como uno de los actores de esta época. Scorsese lo sabía y lo sabe, y por ello no ha dejado de confiar en él desde que protagonizó una opera magna como lo era Gangs of New York, aceptó su capricho de encarnar a Howard Hughes y volvió a darle una oportunidad en The Departed. Ahora, 7 años más tarde de su primera colaboración, el esfuerzo y la experiencia se ve recompensado con una interpretación magnífica y la caracterización de un complejo personaje que no se olvida fácilmente.

En definitiva, aficionados al thriller psicológico, ahora que se acaba el 2010, no se olviden de repasar una de las películas del año, y aficionados al cine en general, no dejen de apreciar el trabajo de un maestro que deja su alma y su amor al cine en cada encuadre. Una dedicación así no pasa inadvertida, y espero que disfruten tanto como yo con lo que es toda una lección de como contar bien una buena historia. Todo un sobresaliente.

Tengan un buen día, y gracias por leer.

Adrián Díaz.