Tras la ausencia de esta gran película en los Oscar, como he repetido hasta la saciedad, a este redactor se le ha quedado la espinita de poder hablar largo y tendido sobre ella, así que una vez terminada la ceremonia y repartidos los premios, me parece un buen momento para repasar uno de los, a gusto de un servidor, mejores films del año.
Nine es la adaptación del famoso y homónimo musical de Broadway (que en su momento protagonizó un magistral Antonio Banderas), el que a su vez era, por así decirlo, un remake musical del clásico de Fellini "Otto e mezzo". Esta película, llamada así porque hasta entonces el realizador italiano decía haber dirigido "siete películas y media", narraba las diatribas de otro director italiano, Guido Anselmi, interpretado por un siempre brillante Marcello Mastroianni, que no era otra cosa que la proyección de la vida, pensamientos, sueños y deseos del propio Fellini en la gran pantalla.
Otto e mezzo nos cuenta al mismo tiempo la falta de inspiración de Guido, considerado un genio por sus anteriores trabajos, al enfrentarse al guión de su nuevo proyecto, y su extremadamente caótica relación con las mujeres de su vida: su sufrida esposa, su ardiente amante o su musa y estrella de cine, entre otras. También vemos a través de la pantalla como le embargan imágenes continuas y oníricas de su infancia, en las que recuerda el despertar de su apetito, gusto y necesidades artísticas, de la sexualidad, o la figura de su madre, símbolo de la pureza, perfección y femineidad. A medida que la cinta avanza, la misma nos va sumergiendo en los turbios pensamientos y dilemas de la mente de Guido, y por tanto, del propio Fellini: La preocupación de haber agotado las ideas y la inspiración de la mente de un genio, o por el contrario, de revelarse de una vez por todas como un vividor que nunca ha tenido ningún talento.
Fellini nunca llegó a ver la adaptación de Broadway de su película, aunque dió su permiso para que se llevara a cabo (eso sí, pidiendo que no se incluyese su nombre en los créditos). En el musical, salvo el cambio de apellido del protagonista de Anselmi a Contini, el argumento no presenta demasiadas diferencias, y aunque servidor no ha tenido la oportunidad y el placer de contemplar la obra, en el film de Rob Marshall vemos fielmente retratada la historia de Otto e mezzo, eso sí, coloreada y modernizada, aunque de una profunda belleza estética tan cautivadora como la original.
Rob Marshall, tras dirigir la sublime y ganadora de Oscar a la mejor película Chicago, y Memorias de una Geisha, vuelve a realizar un trabajo espectacular con otro musical de la mano de un no menos llamativo reparto. El cuatro veces nominado y dos veces ganador del Oscar al mejor actor principal Daniel Day-Lewis (Gangs of New York, Mi pie izquierdo, Pozos de ambición...), hace un trabajo de primera en el papel que en su día interpreto el Sr. Mastroianni. En un principio, iba a ser el español Javier Bardem quien se hiciera con el papel, pero tras rechazarlo, fue el actor británico quien acabó siendo convocado por el Sr. Marshall (según se comenta, por tener el mismo agente que Judi Dench...). Day-Lewis merecería su tercera estatuilla por su encarnación de Guido, en la que no solo actúa tan maravillosamente como nos tiene acostumbrados, sino que además canta y baila (no tan bien como actúa) en algunos de los números más profundos, emocionantes y, por cierto, mejor filmados que el mundo de los musicales alguna vez pueda haber dado.
Mujeres, mujeres y más bellas mujeres completan el reparto de Nine casi en exclusividad. Una dulcísima, encantadora y genial Marion Cotillard (ganadora de un Oscar por La vie en rose) interpreta a Luisa Contini, esposa de Guido, quien conoce sus infidelidades y vive con ellas, permaneciendo al lado de Guido mientras este se hunde y se regocija, a partes iguales, en su propio mundo. Cotillard luce su versatilidad en dos números musicales, My husband makes movies y Take it all (reescrita para ella y nominada a mejor canción este año en los premios de la Academia). Carla, la amante de Guido, es interpretada por nuestra española favorita, una arrebatadora Penelope Cruz que nos dejó a todos boquiabiertos en el increiblemente sensual número A call from the Vatican. Este papel le valío a Penelope su segunda nominación consecutiva a mejor actriz de reparto, aunque este año no tuvo tanta suerte como el pasado, cuando se lo llevó por su papel en Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen.
Una gran revelación, al menos para un servidor, el inesperado talento y belleza de Kate Hudson, quien cumple a la perfección su papel de la periodista americana que, para variar, está loca por nuestro protagonista y su mundo. En su número, Cinema Italiano, baila y canta como nadie podría haber imaginado. Estaremos atentos a sus próximos trabajos, y rezando para que alguno de ellos vuelva a ser un musical. La bella australiana Nicole Kidman realiza el papel de Claudia, la musa de Guido, protagonista de sus antiguos éxitos. Aunque no es su mejor película, obviamente, la actriz realiza un buen trabajo, y canta la conmovedora canción Unusual Way. Cabe destacar el fichaje de Fergie, la cantante del grupo Black Eyed Peas, para interpretar a Saraghina, la gitana responsable del despertar sexual de un infante Guido y de sus amigos. No hay palabras para describir el número que realiza ella y el coro de bailarinas, el famoso Be Italian. Haganse un gran favor a ustedes mismos y a su sensibilidad artística, y veanlo cuanto antes.
Mención especial merece la legendaria Sophia Loren, que borda, como no podía ser de otra manera, el papel de la madre de Guido. Legendario y clásico instantáneo la escena en la que canta Guarda la luna, mientras un pequeño Guido se turna con su representación adulta para bailar con su madre. Cierra el reparto Judi Dench, realizando un buen trabajo como la ayudante, amiga y confidente de Guido, y cantando en el número Folies Bergère.
En resumen, para un servidor, estamos ante la mejor película del 2009, junto con la, por otra parte, diametralmente opuesta Inglourious Basterds. Rob Marshall vuelve a maravillar nuestros ojos con unos decorados y un vestuario lleno de bellos colores, unas coreografías perfectas con las que demuestra el por qué de su exito en Broadway, y con las que no nos extraña que Kate Hudson lo haya nombrado "el nuevo Bob Fosse". El realizador estadounidense ha sido convocado por Disney para dirigir proximamente la cuarta entrega de Piratas del Caribe (que por cierto, ya vale, ¿no?), para la cual cuenta con Penelope Cruz, pero crucemos los dedos para que en breves vuelva a sorprendernos con otro gran musical como ya lo son los dos que ha realizado. Con esta dirección y este reparto de lujo, sorprende el poco éxito de su estreno, pero creanme, denle una oportunidad a este film y no se arrepentirán. Así mismo, aprovechen para revisar la original Otto e mezzo de Fellini, la obra, y al mismo tiempo, vida, de uno de los mayores genios con los que el séptimo arte ha tenido el honor de contar.
Disfruten de ambas, gracias por leer y hasta la próxima. Que tengan un buen día.
Adrián Díaz.
Nine es la adaptación del famoso y homónimo musical de Broadway (que en su momento protagonizó un magistral Antonio Banderas), el que a su vez era, por así decirlo, un remake musical del clásico de Fellini "Otto e mezzo". Esta película, llamada así porque hasta entonces el realizador italiano decía haber dirigido "siete películas y media", narraba las diatribas de otro director italiano, Guido Anselmi, interpretado por un siempre brillante Marcello Mastroianni, que no era otra cosa que la proyección de la vida, pensamientos, sueños y deseos del propio Fellini en la gran pantalla.
Otto e mezzo nos cuenta al mismo tiempo la falta de inspiración de Guido, considerado un genio por sus anteriores trabajos, al enfrentarse al guión de su nuevo proyecto, y su extremadamente caótica relación con las mujeres de su vida: su sufrida esposa, su ardiente amante o su musa y estrella de cine, entre otras. También vemos a través de la pantalla como le embargan imágenes continuas y oníricas de su infancia, en las que recuerda el despertar de su apetito, gusto y necesidades artísticas, de la sexualidad, o la figura de su madre, símbolo de la pureza, perfección y femineidad. A medida que la cinta avanza, la misma nos va sumergiendo en los turbios pensamientos y dilemas de la mente de Guido, y por tanto, del propio Fellini: La preocupación de haber agotado las ideas y la inspiración de la mente de un genio, o por el contrario, de revelarse de una vez por todas como un vividor que nunca ha tenido ningún talento.
Fellini nunca llegó a ver la adaptación de Broadway de su película, aunque dió su permiso para que se llevara a cabo (eso sí, pidiendo que no se incluyese su nombre en los créditos). En el musical, salvo el cambio de apellido del protagonista de Anselmi a Contini, el argumento no presenta demasiadas diferencias, y aunque servidor no ha tenido la oportunidad y el placer de contemplar la obra, en el film de Rob Marshall vemos fielmente retratada la historia de Otto e mezzo, eso sí, coloreada y modernizada, aunque de una profunda belleza estética tan cautivadora como la original.
Rob Marshall, tras dirigir la sublime y ganadora de Oscar a la mejor película Chicago, y Memorias de una Geisha, vuelve a realizar un trabajo espectacular con otro musical de la mano de un no menos llamativo reparto. El cuatro veces nominado y dos veces ganador del Oscar al mejor actor principal Daniel Day-Lewis (Gangs of New York, Mi pie izquierdo, Pozos de ambición...), hace un trabajo de primera en el papel que en su día interpreto el Sr. Mastroianni. En un principio, iba a ser el español Javier Bardem quien se hiciera con el papel, pero tras rechazarlo, fue el actor británico quien acabó siendo convocado por el Sr. Marshall (según se comenta, por tener el mismo agente que Judi Dench...). Day-Lewis merecería su tercera estatuilla por su encarnación de Guido, en la que no solo actúa tan maravillosamente como nos tiene acostumbrados, sino que además canta y baila (no tan bien como actúa) en algunos de los números más profundos, emocionantes y, por cierto, mejor filmados que el mundo de los musicales alguna vez pueda haber dado.
Mujeres, mujeres y más bellas mujeres completan el reparto de Nine casi en exclusividad. Una dulcísima, encantadora y genial Marion Cotillard (ganadora de un Oscar por La vie en rose) interpreta a Luisa Contini, esposa de Guido, quien conoce sus infidelidades y vive con ellas, permaneciendo al lado de Guido mientras este se hunde y se regocija, a partes iguales, en su propio mundo. Cotillard luce su versatilidad en dos números musicales, My husband makes movies y Take it all (reescrita para ella y nominada a mejor canción este año en los premios de la Academia). Carla, la amante de Guido, es interpretada por nuestra española favorita, una arrebatadora Penelope Cruz que nos dejó a todos boquiabiertos en el increiblemente sensual número A call from the Vatican. Este papel le valío a Penelope su segunda nominación consecutiva a mejor actriz de reparto, aunque este año no tuvo tanta suerte como el pasado, cuando se lo llevó por su papel en Vicky Cristina Barcelona, de Woody Allen.
Una gran revelación, al menos para un servidor, el inesperado talento y belleza de Kate Hudson, quien cumple a la perfección su papel de la periodista americana que, para variar, está loca por nuestro protagonista y su mundo. En su número, Cinema Italiano, baila y canta como nadie podría haber imaginado. Estaremos atentos a sus próximos trabajos, y rezando para que alguno de ellos vuelva a ser un musical. La bella australiana Nicole Kidman realiza el papel de Claudia, la musa de Guido, protagonista de sus antiguos éxitos. Aunque no es su mejor película, obviamente, la actriz realiza un buen trabajo, y canta la conmovedora canción Unusual Way. Cabe destacar el fichaje de Fergie, la cantante del grupo Black Eyed Peas, para interpretar a Saraghina, la gitana responsable del despertar sexual de un infante Guido y de sus amigos. No hay palabras para describir el número que realiza ella y el coro de bailarinas, el famoso Be Italian. Haganse un gran favor a ustedes mismos y a su sensibilidad artística, y veanlo cuanto antes.
Mención especial merece la legendaria Sophia Loren, que borda, como no podía ser de otra manera, el papel de la madre de Guido. Legendario y clásico instantáneo la escena en la que canta Guarda la luna, mientras un pequeño Guido se turna con su representación adulta para bailar con su madre. Cierra el reparto Judi Dench, realizando un buen trabajo como la ayudante, amiga y confidente de Guido, y cantando en el número Folies Bergère.
En resumen, para un servidor, estamos ante la mejor película del 2009, junto con la, por otra parte, diametralmente opuesta Inglourious Basterds. Rob Marshall vuelve a maravillar nuestros ojos con unos decorados y un vestuario lleno de bellos colores, unas coreografías perfectas con las que demuestra el por qué de su exito en Broadway, y con las que no nos extraña que Kate Hudson lo haya nombrado "el nuevo Bob Fosse". El realizador estadounidense ha sido convocado por Disney para dirigir proximamente la cuarta entrega de Piratas del Caribe (que por cierto, ya vale, ¿no?), para la cual cuenta con Penelope Cruz, pero crucemos los dedos para que en breves vuelva a sorprendernos con otro gran musical como ya lo son los dos que ha realizado. Con esta dirección y este reparto de lujo, sorprende el poco éxito de su estreno, pero creanme, denle una oportunidad a este film y no se arrepentirán. Así mismo, aprovechen para revisar la original Otto e mezzo de Fellini, la obra, y al mismo tiempo, vida, de uno de los mayores genios con los que el séptimo arte ha tenido el honor de contar.
Disfruten de ambas, gracias por leer y hasta la próxima. Que tengan un buen día.
Adrián Díaz.
Sin duda la apuesta mas arriesgada del año.
ResponderEliminarMención especial merece la dirección de casting no solo por reunir un gran reparto sino también por la precisa correlación entre los papeles y el momento que atraviesa cada actor dentro de su carrera.
Nicole Kidman me da la sensación de que prácticamente se interpreta a si misma como dama de porcelana pasando frío sobre un altar, pero probablemente sea más por su trayectoria por todos conocida y por la precisión del guión que por su interpretación.
Penélope, como viene siendo habitual, borda su papel afianzándose en la posición de símbolo internacional de sensualidad y no dejándose eclipsar por el deslumbrante elenco de actores que la acompañan. Su número musical permanecerá en la memoria del espectador.
Kate Hudson, para mi de lo mejor de la película. Una actriz que ha dado el estirón, preparada para dar un salto cualitativo en sus papeles, nos ofrece una bocanada de aire fresco y juvenil cargado de sensualidad y erotismo. Su interpretación monopoliza la pantalla, una pequeña joya que debemos saber apreciar en su valía.
Daniel Day-Lewis cumple con garantías en un gran trabajo mimético sobre la genial interpretación de Mastroianni. Resaltar su trabajo en el apartado de posición corporal y espacial (revisar apuntes de comunicación no verbal jaja). Casi me alegro de que Bardem rechazase el papel para el cual me parece demasiado joven.
En cambio, para mi la elección de Fergie, una gran cantante, para interpretar a Saraghina es uno de los fallos que rompen el encanto de la película. El gran trabajo de maquillaje con el que se ha tratado de ocultar su inapelable belleza para adaptarse a la vertiente grotesca del personaje es a mi parecer conceptualmente erróneo. Saraghina, como esencia animal, primitiva, original de la mujer, debe resultar misteriosa, desconocida, debe dar miedo, debe dar asco y a pesar de todo y de un modo incomprensible atractiva, atracción que en el caso de Fergie puedo comprender puesto que "en realidad" es atractiva. Este es un punto esencial para comprender el depertar sexual de Guido y su posterior relación con cada una de las mujeres que marcan su vida.
"El todo es mayor que la suma de las partes" y en ello radica la dificultad y la magia del cine. En esta ocasión, quizá el montaje, quizá la distribución métrica o las dilataciones fruto de la inclusión de los números musicales, probablemente la combinación de todo hacen que la pelicula no funcione como tal, no cumpla en cuanto a la fluidez y contundencia de su lenguaje y por lo tanto no sea capaz de concebirse como una obra independiente a la célebre ocho y medio.
buena review colega, he aqui el fruto de las diferencias geneticas interindividuales jaja un abrazo
gan